de Disperse to perforated cities: morphological consequences of a new fase of demographic transition
I. Introducción: la implosión de las ciudades - un nuevo fenómeno
Pocos de los principios básicos del urbanismo se ubican como “leyes” fuera de la discusión coyuntural de los expertos. Por ejemplo, desde el principio de la revolución industrial, no cabe duda que las ciudades y las áreas metropolitanas, están siguiendo un proceso expansivo. La inercia expansiva de las áreas metropolitanas se aprecia, por ejemplo debido a procesos como la suburbanización, la de�]concentración de población o la transformación de áreas residenciales en usos terciarios. Incluso podemos destacar algunos casos ejemplares de crisis urbana como los de la cuna de la industrialización, Manchester o Detroit en EE.UU., donde los procesos de transformación económica han dejado huellas en la estructura urbana. Pero lo tomamos como un caso único que no cambia las pautas generales del modelo urbano. Y este modelo, a pesar de todas las crisis económicas, se orientaba y sigue orientándose hacia el modelo expansivo de una sociedad en crecimiento tanto en el campo urbano como lo económico. El crecimiento de la economía como punto de referencia, el crecimiento de población como parte de la teoría económica neoclásica y el crecimiento de las urbes como fenómeno espacial visible son una pauta tan profundamente internalizada que la mayoría de los investigadores, economistas o mismo los actores en el campo de la intervención urbana ni siquiera la cuestionamos: “Las Ciudades crecen y se expanden” se afirma al unísono. Cabe mencionar que a principios del siglo XXI, se pueden observar cada vez más ciudades - no solo europeas- donde se ha producido la inversión de la tradicional dicotomía entre la reducida oferta de viviendas en el mercado y la creciente demanda por parte de los hogares. Existen regiones enteras donde las viviendas en la ciudadregión en su total ya no son un bien escaso. En este sentido cabe mencionar que la constante presión de alza en los precios de la vivienda también se ha parado. Más bien al revés, una cantidad cada vez más numerosa de urbes se enfrenta al nuevo problema que consta en que los actores del mercado inmobiliario, es decir las empresas inmobiliarias, no logran vender ni alquilar su producto básico, el stock existente de viviendas. Si tomamos solamente el ejemplo de Alemania oriental, podemos observar no menos de 1.300.000 (¡!) de viviendas desocupadas, lo cual equivale acerca de la quinta parte del stock. Un stock vacío de tal magnitud en un país donde la mayoría de las viviendas se encuentran en régimen de alquiler, pone en peligro la existencia de importantes empresas inmobiliarias. Debido a que el caso alemán destaca por su fuerte influencia estatal en el mercado de la vivienda, no sorprende la rápida reacción del estado. Desde el año 2002, un programa de cofinanciación federal�]regional invierte y subsidia con un total de 2.700 millones de euros la destrucción de viviendas que ni hoy ni en un futuro previsible se necesitarán. Por lo tanto cabe preguntarse acerca de las transformaciones urbanaregionales que han ocurrido en este caso en particular. En este sentido, Alemania oriental es un ejemplo para la situación a la que se enfrentan varias regiones europeas en la actualidad. Debido a las previsiones demográficas, la mayor parte de los países europeos vivirá una situación parecida a lo largo de la primera mitad del siglo XXI. Si analizamos los efectos espacio�]morfológicos de estos procesos de gestión estatal, podemos ver que la ciudad dispersa está siendo transformada de un modo novedoso: Las estrategias y los procesos de destrucción masiva, desde edificios sueltos hasta barrios enteros que desaparecen del mapa, extraen y destruyen pedazos de la ciudad con un sistema que podemos conceptuar con la noción de “perforación” – en tanto se sacan edificios e incluso barrios enteros del medio urbano como si se estuviese trabajando una hoja de papel con un perforador. Otra noción que aparece en la actual discusión urbanística es la del “cráter urbano”. En la figura 1 se elabora la abstracción conceptual de los procesos que se observan en la ciudad perforada a partir de los efectos morfológicos iniciados por la actuación estatal. En este artículo se discutirá si los procesos observados en Alemania Oriental son un caso único, es decir algo (sub)regional, donde una región en depresión económica permanente sufre los procesos y las consecuencias de un caso históricamente único. Para poder responder esta cuestión, es necesario analizar los factores que determinan el desarrollo y el crecimiento de las áreas metropolitanas. En este sentido, se efectuará a posteriori un análisis del desarrollo de aspectos básicos del campo de la demografía, la migración, la móvilidad y la transformación económica. Dicho análisis se concentrará geográficamente en América Latina, haciendo énfasis en el Cono Sur y en Europa. En un segundo apartado se discutirán las consecuencias que sufren las regiones metropolitanas en un proceso de de�]crecimiento frente a la creciente competencia nacional, internacional y global de las ciudades.
I I . El análisis de los factores de expansión urbana: ¿qué se está cambiando en la configuración metropolitana?
En los debates acerca de la expansión urbana es posible observar que un número importante de autores sigue refiriéndose a estadísticas unidimensionales para demostrar procesos de crecimiento urbano. Por ejemplo, la cifra de habitantes – obtenida a través de censos de población o padrones municipales – sigue siendo un número básico para explicar fenómenos de transformación a nivel metropolitano tanto en esferas sociales como económicas. Pero cabe señalar que este aspecto no es
suficiente para explicar el crecimiento y no debería ser la única variable a tener en cuenta. La cifra de población básicamente no tiene correlación con la extensión metropolitana (Sieverts 2001). Según un análisis multivariable es necesario examinar diferentes parámetros para sacar conclusiones consistentes en cuanto a la cuestión de la expansión metropolitana. En este texto, se hace énfasis en cuatro factores básicos que interfieren en la cifra de hogares (y no de población) en una ciudad�]región, los cuales a su vez están interrelacionados. Por un lado, se pueden destacar los procesos demográficos y gran parte de los procesos migratorios que forman parte de una escala exclusivamente supraregional. En este sentido es necesario analizar las políticas nacionales y procesos globales, como por ejemplo, las transformaciones de estilos de vida que influyen en la fecundidad. Por otra parte, existen factores “regionales”, en concreto la movilidad intraurbana y las transformaciones económicas del sistema urbano�]regional. A continuación, se procederá a analizar los cuatro factores mencionados.
I I I. La transición demográfica: procesos recientes en América Latina y Europa
El concepto de transición demográfica se basa en los estudios de Thompson (1929), quien por primera vez analizó los procesos demográficos que se habían dado en los países del hemisferio norte desde el comienzo de la industrialización. En los tiempos
de la posguerra, autores como Mackenroth (1953) o Mackensen y Wewer (1973) difundieron el modelo de transición demográfica el cual se centra en observaciones empíricas de los países del primer mundo. La discusión acerca del modelo de transición de mográfica se basa en el principio de que cada sociedad pasará desde un estado inicial con altas tasas de mortalidad y fecundidad a un nivel pos�]transición con bajas tasas de mortalidad y fecundidad. Varios autores han subdividido el proceso en un total de cuatro o cinco fases (Haggett 1991, Bähr et. al 1992). El punto de partida es un bajo crecimiento de la población debido a las altas tasas de
mortalidad y fecundidad (> 30‰). El punto final también es un crecimiento mínimo, pero con las dos tasas a nivel reducido (~ 10‰). El crecimiento poblacional se reduce en las fases intermedias cuando se abre la brecha entre las dos tasas debido a las mejoras en el sistema de salud. Refiriéndose a este modelo, los países en vías de desarrollo atraviesan actualmente la última fase citada.
Este modelo ha sido fuertemente criticado. Por un lado, cabe señalar que implica un pensamiento que argumenta desde la teoría de modernización y el desarrollismo: Se postula una interconexión entre los variables de mortalidad, fecundidad, desarrollo económico y grado de urbanización. Desde un punto de vista actual, no parece posible establecer estas relaciones directas. Tal modelo implica que la baja fecundidad es una característica de los países de mayor desarrollo. A su vez, cabe mencionar que desde un punto de vista moral esta conexión es fruto de un pensamiento nacido en la época del poscolonialismo (Sokoll 2000). Los procesos demográficos experimentados en los países industrializados no pueden ser postulados como un modelo de futuro desarrollo para el mundo entero. Un factor importante que ha transformado los procesos demográficos es la difusión y el acceso a nuevos métodos anticonceptivos a partir de los mediados de la década del 1960.
También los procesos de diferenciación social y de estilos de vida, la inserción al mercado laboral como el acceso libre a estudios superiores conllevan un cambio del rol femenino. Estos aspectos tienen un impacto distinto acorde con las circunstancias
de cada sociedad y el papel de intervención que toma el estado. De esta manera es extremadamente difícil explicar las diferencias en la disposición generativa exclusivamente a través del mero desarrollo económico de una sociedad frente a otra. Tal afirmación se puede justificar con el ejemplo de Canadá y China, países en los que pese a las enormes diferencias en el desarrollo económico, se pueden observar cifras demográficas clave muy similares. En resumen, se experimenta una creciente diversificación de los aspectos demográficos tradicionales que se debe en parte a nuevos factores no considerados en los modelos de transición demográfica de Thompson. Podemos ver que en algunos países africanos la epidemia de SIDA no sólo ha frenado el crecimiento poblacional sino que está mermando la población de forma drástica (por ejemplo en Botswana). En muchos países europeos, el gran número de personas mayores conlleva un aumento de la tasa de mortalidad. A su vez, la fecundidad sigue siendo muy baja y está permanente por debajo de la tasa de reproducción (promedio de 2,1 hijos por mujer). Según los datos actuales y las proyecciones más recientes podemos afirmar que la reducción de la población por razones demográficas es un reto importante para muchas sociedades – y no solamente para algunas naciones de mayor desarrollo económico.
El citado modelo de transición demográfica tiene una ventaja importante frente a las cifras: diferencia y procesa los acontecimientos demográficos en diferentes países de manera ejemplar, sintética y a su vez en diferentes momentos históricos. De esta razón deriva la necesidad de rediseñar este modelo de acuerdo con las transformaciones y diferenciaciones mencionadas. En este sentido, el modelo presentado aquí no se basa en previsiones para las transformaciones demográficas sino en una caracterización de los actuales acontecimientos y una clasificación de diferentes grupos de países o regiones. Resulta necesario el cuestionar las bases
teóricas de algunas de las proyecciones poblacionales que elaboran organizaciones como las Naciones Unidas y que postulan una convergencia de la fecundidad a nivel mundial para el año 2050 (CEPAL 2004). Por esta razón y apoyándose en el análisis histórico de los datos (DSW 2003, Birg 1995, Hinz 2003), los procesos de transición demográfica se dividen en cinco grupos:
1. Países con un crecimiento demográfico fuerte (gran parte de África, sur de Asia, países del medio oriente, América central)
2. Países con una mortalidad en aumento y crecimiento reducido/reducción demográfica (las regiones más perjudicadas por la epidemia de SIDA)
3. Países con la fecundidad en proceso de reducción, crecimiento demográfico más lento, pero estable (gran parte de América del Sur)
4. Países con la fecundidad reducida y un crecimiento demográfico mínimo/estancamiento demográfico (América del Norte, algunos países del Caribe, Asia oriental, Francia y los países nórdicos)
5. Países con una tasa de fecundidad baja, mortalidad en aumento y una reducción demográfica de la población (Rusia y gran parte de Europa, especialmente marcado en Europa Oriental)
Si analizamos los procesos demográficos en los países latinoamericanos y europeos más a fondo, se pueden hacer las siguientes observaciones:
1|. Existen algunos países latinoamericanos que forman parte del primer grupo, los países en fuerte expansión demográfica. En este grupo podemos congregar casi todos de los países centroamericanos y a su vez Paraguay, Bolivia y la Guayana francesa. El crecimiento demográfico supera el dos por ciento anual y la fecundidad total por mujer supera los 3,5 hijos. Estas elevadas tasas de
crecimiento se traducen en un desafío central para la regulación de la expansión urbana y metropolitana por el mero crecimiento elevado de población. A su vez y contrario de lo previsto en la teoría de transición demográfica, hay algunos países como Bolivia o Haití donde la fertilidad está aumentando a partir de principios de la década de 1990 de vuelta (Chackiel 2004).
2|. La mayor parte de los países sudamericanos y también Costa Rica forman parte del grupo de naciones, donde a pesar de que se haya reducido la fecundidad, sigue siendo por encima del nivel reproductivo. Según las previsiones, no bajará por debajo de esa línea en un futuro mediano. Debido a que hay un alto porcentaje de personas en edad de reproducción, estos países países viven un proceso de elevada expansión poblacional a pesar de la reducción de la fecundidad total (Rodríguez 2003).
3|. Algunas de las islas del Caribe (e.g. Cuba, Martinique, Trinidad y Tobago) y también Uruguay se enfrentan a una situación de transición que se parece a los procesos en Europa del Norte y Francia. El crecimiento poblacional es de moderado a mínimo, mientras la fecundidad total por mujer ha caído por debajo del nivel de reproducción. En el caso cubano, este fenómeno ya ha ocurrido hace más de dos décadas. Si tomamos el status�]quo como base de una previsión, estos países dejarán de contar con un crecimiento demográfico en algún momento de las próximas dos décadas y entrarán en una fase de reducción poblacional.
4|. En los países europeos podemos observar unas tasas de natalidad muy bajas y a su vez tasas de mortalidad en leve aumento. Ningún país supera el nivel promedio de 1,5 hijos por mujer, cifra que se haya bien por debajo de la tasa de reproducción natural (2,1). Algunos países como España o Italia oscilan entre 1,2 y 1,3, valores que solamente son rebajado en países de Europa del Este como la Ucrania (1,0) o República Checa (1,15). Debido a los procesos demográficos descriptos, en España se observa que el saldo demográfico se está acercando al valor de cero. En muchos países ya está negativo y la pérdida de habitantes por razones demográficas se acentúa cada año más fuertemente. Para dar solo un ejemplo, Alemania pierde cerca de un cuarto millón de habitantes anualmente por el déficit en la natalidad (EUROSTAT 2003).
A este panorama es necesario añadir la relación entre población y hogares. Asimismo en Europa y América Latina (salvo en Haití y Bolivia) se puede observar que el crecimiento del número de hogares es mayor al crecimiento poblacional. Esto influye marcadamente en la estructura de la demanda de vivienda (Arriagada 2003). Incluso en la mayoría de los países europeos el número de hogares sigue creciendo pese al estancamiento demográfico, descendiendo por lo tanto el número de habitantes por vivienda.
I V . Procesos migratorios y movilidad interurbana en América Latina y Europa
Cabe señalar que los procesos demográficos son solo uno entre los muchos factores que influyen en la expansión metropolitana. En consecuencia, el próximo factor de análisis es la migración en sus diferentes formas (e.g. emigración, inmigración, migración campo-ciudad, movilidad interurbana). Estos procesos de reagrupación de población dentro del territorio son un factor decisivo para determinar la forma y envergadura de la expansión o implosión metropolitana.
América Latina
El crecimiento urbano y la metropolización en América Latina ha sido debida a lo largo de la mayor parte del siglo XX a la superposición de diferentes procesos migratorios, reforzando el crecimiento natural de la población. Básicamente se puden diferenciar tres fases distintas:1|. La fase de inmigración internacional (europea) de principios del siglo (primordialmente en el Cono Sur y el sur de Brasil, cfr. Baeninger 2002).
2|. La fase de migración interna del campo a la ciudad a partir de 1940. Las tasas anuales de crecimiento del 6,5% en ciudades como São Paulo o Bogotá demuestran el rápido proceso de urbanización en el continente entero (cfr. Bähr 2003). Hoy en día, la tasa de urbanización promedio ha superado el 75 % y supera el nivel de los países europeos.
3|. Iniciándose en los años 1970, la fase actual se caracteriza por una caída relativa de la migración campo-ciudad, primordialmente en zonas donde la tasa de urbanización es muy alta. La emigración del campo sigue siendo un factor importante en regiones rurales pero ha dejado gran repercusión a nivel de las grandes ciudades. Los únicos países que difieren de este comportamiento son Bolivia y Panamá (Rodríguez 2004). En los demás países, la movilidad interurbana e intraurbana ha empezado a cobrar mayor importancia. Las ciudades intermedias o de segundo rango obtienen tasas de crecimiento mucho mayor que las ciudades con mayor primacía. Los procesos de migración actual han cambiado también de manera significativa de género; Mientras la migración campo-ciudad era predominantemente femenina, los procesos de migración interurbana son marcadamente masculinos (Rodríguez 2004). Paralelamente se puede observar que las ciudades de mayor tamaño en cada país como la Ciudad de México, Río de Janeiro, Santiago de Chile o San José de Costa Rica, tienen un saldo migratorio negativo (Rodríguez 2004, Feldbauer, Mar Velasco y Parnreiter 1997). La mayor pérdida se concentra en el área metropolitana de São Paulo, que registró una emigración neta de apróximadamente 50.000 habitantes anuales en el quinquenio 1995-2000. Solamente algunas ciudades centroamericanas como Managua o Panamá y también Quito cuentan todavía con cifras migratorias positivas. En resumen, una parte importante de la migración actual no se dirige a las ciudades mayores sino hacia regiones y ciudades que son polos de desarrollo o de colonización como en el caso de México los estados de la Baja California o Quintana Roo (Rodríguez 2004).
Frente a este panorama, es importante mencionar que los movimientos internacionales han vuelto a influir sustancialmente en la presión expansiva de las regiones metropolitanas. Especialmente algunos países centroamericanos y algunos países andinos se han transformado en países de emigración masiva, mayoritariamente con destino a EE.UU. o la Unión Europea (concentrando el 80 % de la emigración total; más de 17 millones de personas). En algunos países, la sexta parte de la población vive afuera del territorio nacional. En concreto, España se muestra como polo de atracción para emigrantes latinoamericanos (R. Martínez 2003, Riol y Janoschka 2004). Pero también México, Belice y Costa Rica son destinos interesantes para población centroamericana. Cerca del 10% de la población costaricense y más del 15% en Belice son extranjeros de los países vecinos. Procesos parecidos se dan en Chile y Argentina, paises que atraen especialmente a inmigrantes bolivianos, peruanos o ecuatorianos (Martínez 2003b, Pellegrino 2003). Durante la década de 1990, dos tercios de esa población se instaló en el Área Metropolitana de Santiago (Martínez 2003a). En toda América Latina se puede afirmar que los movimientos migratorios actuales afectan a las urbes de distinta manera e intensidad a como fue hace algunas décadas. El crecimiento debido a la movilidad interurbana y la migración campo-ciudad se concentra básicamente en ciudades intermedias y pequeñas. Por otro, las emigraciones internacionales inducen una tendencia hacia la reducción de la presión expansiva de muchas ciudades grandes que pierden población que se va al extranjero. Otras urbes acceleran su proceso de metropolización al ser receptoras de la inmigración internacional.
Europa
Europa (UE 25) también vive una fase de creciente diversidad en el panorama migratorio; se han multiplicado las motivaciones, los itinerarios y los destinos de los inmigrantes internacionales. El único factor que une a la Unión Europea es la presión migratoria desde los países no�]comunitarios. Podemos observar tendencias tradicionales como el flujo de inmigrantes entre Turquía y Alemania/Holanda o asimismo el flujo entre Marruecos y Francia. A su vez se ha observado un contingente cada vez más diverso de los países de Europa Oriental. En los últimos años, se ha visto la repercusión de los nuevos inmigrantes no�]comunitarios que más que dirigirse hacia los países tradicionales de inmigración, eligen como destino los países mediterráneos. El análisis de los datos del año 2002 muestra una participación de casi la mitad del total de la inmigración europea entre España, Italia, Portugal y Grecia. Concretamente, España se ha transformado en el país con la mayor intensidad de inmigración en toda Europa ya que desde 2001 la cifra de inmigración neta oscila entre 0,8 y 0,9 por ciento de la población total (EUROSTAT 2003). Dentro de los territorios nacionales existe un reparto poco homogéneo de la población extranjera. Los inmigrantes se concentran en las ciudades más grandes y en regiones con mayor nivel de inovación. En los mercados regionales de vivienda se hace sentir el factor de la inmigración dentro del proceso de expansión urbana. Primordialmente esto se debe a que son las ciudades de Italia o España las que acogen a los migrantes internacionales. Ciudades como Madrid o Barcelona se encuentran frente a un crecimiento de la cifra de extranjeros que supera la capacidad de integración. A su vez, esto se ve acompañado por una tranformación estructural en lo que es la étnia de los inmigrantes, con valores de alta de africanos y especialmente latinoamericanos. El porcentaje de extranjeros en las principales ciudades de España ha llegado a 15% y se acerca a valores quese alcanzaron hace décadas en muchas ciudades de la UE debido a su mayor trayectoria de migración (Janoschka 2005). Sin embargo, si analizamos la situación en los países de inmigración tradicional como Francia, Holanda o Alemania, podemos observar una reducción del flujo migratorio. Estos países siguen teniendo un saldo migratorio positivo con el exterior, pero de manera reducida en comparación con los valores de hace una década. En Alemania, por ejemplo, existe un flujo neto de alrededor de 160.000 personas por año. La mayor parte se concentra en Alemania occidental, mientras los estados federales de Alemania oriental solamente tienen un pequeño saldo positivo de migración internacional. Por el momento, el fuerte fenómeno de inmigración tal como se registró a principios de la década del 1990 por la repatriación de habitantes de origen alemán en Europa Oriental, ha terminado.
Más allá del análisis de los procesos de migración internacional, es necesario hace énfasis en los procesos de movilidad interna. Los estudios migratorios suelen dejar este proceso de lado, sobre todo porque no causa ningun tipo de necesidad de integración cultural por parte de los migrantes (Janoschka y Reboratti 2001). Pero no cabe duda de que en la mayoría de los casos, los procesos migratorios interregionales tienen una intensidad mayor que la migración internacional. A nivel europeo, el aumento de disparidades entre regiones repercute en una creciente intensidad de la migración interregional. Regiones como Castilla�]León o el Burgenland en Austria, que cuentan con una desconexión funcional en las redes metropolitanas, pierden sutancialmente habitantes. A la vez, existen procesos de emigración desde regiones industrializadas de generaciones anteriores. En este sentido, cabe mencionar la franja fronteriza entre Francia y Bélgica, la región fronteriza entre Francia y Alemania (región del Sarre), casi la totalidad de Alemania Oriental y partes extensas de Polonia, Ucrania, Eslovaquia o Croatia. Estas regiones se encuentran fuera de las redes de alta conectividad y carecen de mercado extenso u otras ventajas comparativas. A pesar de las políticas estatales de recompensación y promoción industrial, las citadas zonas no son capaces de atraer capitales de inversión. Son regiones donde se superponen los procesos de pérdida poblacional por medio de los procesos demográficos y la pérdida por emigración neta. En el caso de Alemania Oriental, la pérdida de población supera con creces la cifra de un millón de personas.
V . Movilidad intraurbana y uso creciente de suelo per cápita: suburbanización, suburbanización y suburbanización
La suburbanización es una pauta central de desarrollo urbano con gran capacidad de transformación espacial en todo el mundo. Las inercias a nivel mundial se han acercado fuertemente con la difusión de modelos urbanos y económicos que se basan en una mayor integración económica. A pesar de eso, parece importante diferenciar los procesos regionalmente entre los casos de América Latina, Europa Mediterránea (España) y Eruopa Central (Alemania).
América Latina
En los últimos veinte años se ha producido una transformación exacerbada en los suburbios de las mayores ciudades latinoamericanas. El mundo suburbano tradicional y “sub-urbano” (e.g. trazado irregular, carencia de infraestructura, clases
populares) se ha modificado a través de la instalación masiva de fragmentos “modernos”: Parques empresariales, centros comerciales, urbanizaciones cerradas e infraestructura relacionada (cfr. Janoschka 2002a, Parnreiter 2004). Como resultado se puede observar un espacio suburbano altamente fragmentado y una dispersión masiva de elementos celulares, dirigidos hacia adentro (cfr. Janoschka 2002b, Janoschka y Borsdorf 2005, Fig. 3). El crecimiento espectacular del espacio construido conlleva una reducción de la densidad. Por otro lado, se puede observar la ausencia de conexión entre la trama urbana tradicional y los nuevos elementos.
Europa mediterránea
Los procesos desde la década de 1980 son parecidos en los países de la Europa mediterránea. Si tomamos el “prototipo” de la “ciudad española” como ejemplo, ésta puede caracterizarse por tener un origen de “ciudad compacta”con una creciente transformación hacia a un paisaje suburbano. La dinámica de suburbanización es muy alta; en este sentido, cabe señalar la doble inercia que no solo pasa por la necesidad de la construcción de nueva vivienda sino también por la demanda de vivienda secundaria (de fín de semana o de veraneo). Por estas razones, el litoral mediterráneo se desarrolla en términos de ciudad en forma de cinta. En el caso de la periferia de Madrid, cabe señalar que la creciente presión en el mercado inmobiliario hace surgir espacios suburbanos que se caracterizan por ser cada vez más densos (casas unifamiliares adosadas en terrenos apenas mayores a la superficie de la casa) y construcciones de vivienda en altura que se deben a los altos valores del suelo urbanizable.
Europa central
El caso de Europa Central es así mismo distinto. En los países occidentales, la inerncia de suburbanización tiene ya medio siglo. Sin embargo, los nuevos países de la Unión Europea del antiguo bloque soviético empiezan a conocer el fenómeno de suburbanización tras la caída del régimen socialista, debido a la liberalización de los mercados inmobiliarios hace 15 años. Aquí, la inercia del proceso de suburbanización es todavía marcadamente más alta que en los antiguos miembros de la UE. Los antiguos miembros de la Unión Europea ya están entrando en una fase de renovación del medio suburbano.
V I . La transición de usos del suelo: transformación industrial y terciarización
Más allá de los usos residenciales, cabe señalar también una creciente demanda de suelo urbano por usos productivos y de servicios. La reestructuración industrial conlleva una reducción de la plantilla de personal en las fábricas (salvo en el caso de las fábricas maquiladoras). Sin embargo, este proceso no está acompañado de una reducción del espacio utilizado. Al contrario, los polígonos y las naves industriales ocupan y urbanizan cada vez más espacio por la organización horizontal de la producción dentro de la fábrica. A la vez, numerosos espacios industriales obsoletos y ubicados en lugares centricos del tejido urbano dejan áreas sin uso que se pueden characterizar como “cráteres”. Por otro lado, se deben añadir los servicios urbanos (por ejemplo tareas de I+D, servicios terciarios productivos) en expansión. También las superficies de comercio y de ocio en ubicaciones cada vez más periféricas conllevan un crecimiento urbano. Destaca la creación de parques temáticos y de ocio que reflejan el cambio social. El proceso de autodefinición va acompañado por la diferenciación de las formas de consumo, bien sea a través de compras o por medio de la gama de actividades lúdicas que se ofrecen en los parques temáticos. Como ejemplos de este fenómeno están los parques de ocio (e.g. Port Aventura, Tarragona; Terra Mítica, Alicante), centros de diversión (Heron City en Estocolmo, Madrid, Barcelona y Valencia) o pistas de esquí artificiales en paisajes completamente no aptos para tales actividades (por ejemplo el Parque Xanadú, Madrid; Alpincenter Bottrop, cuenca del Ruhr, Alemania). Dichos parques requieren un excesivo uso espacial y un elevado consumo energético.
V I I . la repercusión espacial de los factores expansivos: tres tipos urbanos
El análisis de los cuatro factores presentados conlleva la siguiente clasificación de ciudades europeas y latinoamericanas. Existen tres tipos de ciudades cuyos problemas y retos difieren claramente:
1. la Ciudad en fuerte proceso de expansión: La totalidad de los cuatro factores analizados son positivos y en algunos casos fuertemente positivos. A pesar de las diferencias nacionales, esta situación se presenta en casi toda América Latina. El crecimiento urbano es y seguirá siendo fuerte y la totalidad de la metodología de intervención urbana tradicional es necesaria. En la mayoría de las ciudades que integran este tipo urbano, las marcadas presiones expansivas siguen vigentes y la sociedad en crecimiento sigue siendo el actual modelo urbano y social. A diferencia con fases anteriores, el crecimiento actual ya ha dejado de ser explosivo y deja a la esfera política un rango de posibilidades de intervención urbana y regional. En este sentido, la situación se distingue claramente de la acontecida en décadas anteriores con un patrón de crecimiento tan fuerte que la intervención estratégica era un fin casi imposible de alcanzar.
2. la ciudad en moderada expansión: A este modelo responde la mayor parte de las ciudades europeas cuyo crecimiento no es primordialmente fruto de la expansión demográfica. El crecimiento moderado del tejido urbano se ve acompañado de una creciente dispersión de la población y de las instalaciones urbanas de producción, de servicio y de ocio. Cabe señalar que el principio básico es el fuerte aumento de uso espacial por residente, un factor que visto desde muchos puntos de vista es alarmante; La aparición de mayores grados de dispersión causan no solo efectos de degradación ambiental y costes ecológicos mayores. A su vez y desde un punto de vista económico, causan la necesidad de mantener una infraestructura más costosa por parte de los servicios básicos, igual que estos sean estatales o privados, promoviendo así un nivel de mayor contaminación.
3. la ciudad en proceso de reducción (Shrinking): El tercer tipo de ciudad es la ciudad en retroceso, en reducción, en perforación como morfológicamente presentado a principio de este artículo (Fig. 1). Actualmente y a diferencia con los dos tipos anteriores, la ciudad perforada todavía es algo escaso. La causa básica que origina este fenómeno es la superposición de los procesos de deindustrialización, de-crecimiento demográfico, pérdida de habitantes por migración y falta de poder adquisitivo para aumentar la demanda de viviendas. Las urbes que se ubican fuera del umbral de importancia a nivel internacional, cuentan con una reducción poblacional que supera las posibilidades de reacción por parte del mercado inmobiliario. Pero el Shrinking de las ciudades y la caída poblacional no significa directamente una reducción del espacio urbano utilizado; no se frena el proceso de suburbanización. Las viviendas en ubicaciones centrales dentro del casco urbano compacto son los sitios de mayor vacío. Los procesos centrífugos siguen en vigor y se ven reforzados debido a la estigmatización de áreas con mayores problemas de marketing.
V I I . Reflexiones finales - reacciones estatales frente a la aguda crisis urbana
A partir del análisis efectuado es posible extraer algunas conclusiones importantes para el desarrollo urbano tanto en América Latina como en Europa. Por un lado, es clave el destacar que las diferencias entre las condiciones urbanas en los dos continentes no sólo están marcadas por los problemas de sus respectivas sociedades sino que presentan características cada vez más diversas, e incluso opuestas. En un principio se puede afirmar que históricamente muchos problemas de las urbes europeas se han trasladado antes o después también a América Latina. Actualmente, Europa entra en una fase de desarrollo urbano que presenta nuevas pautas desconocidas en el mismo entorno europeo y mundial. Nuestros sistemas políticos, sociales y económicos basan en la certeza del crecimiento a todos niveles. Y es exactamente esta certeza que empieza a cuestionarse en algunos puntos de Europa.
Los procesos de reducción demográfica acompañados por una saturación del mercado de vivienda no se darán ni a largo plazo en las ciudades latinoamericanas. El problema básico de las áreas metropolitanas de América Latina es la intensa y creciente demanda de vivienda no satisfecha.
La situación en muchos países europeos a su vez está marcada por la (última) ola de demanda de vivienda por parte de la generación del baby boom de la década de los 1960/70. En ausencia de regulación e intervención estatal, el mercado actualmente no logra ofrecer este producto. Por otro, la novedosa aparición del proceso de Shrinking urbano cambia el mercado residencial en muchas sociedades del continente. El caso descrito de Alemania oriental no es único; Procesos parecidos se pueden observar en muchos sitios europeos. Incluso se pueden citar algunos casos latinoamericanos; como el ejemplo de Potosí, cuyo casco urbano quedó estancado durante décadas y siglos. Potosí refleja el destino de muchas ciudades mineras o de explotación de petróleo. El cierre (parcial) de las instalaciones técnicas conlleva la aparición de cráteres en la ciudad.
Más allá de este caso especial, se pueden observar cientos de ciudades a nivel mundial cuyas pérdidas poblacionales son masivas. Por ejemplo, ciudades secundarias de Europa oriental cuya base económica se desplomó con la caída del sistema socialista. A nivel urbano, destacan ciudades como Ivanovo (Rusia). Pero el proceso se puede extender a estados enteros como se demuestra a través del caso de Bulgaria. La avanzada transición demográfica y procesos migratorios a nivel internacional han reducido la población en casi 20% en solo dos décadas. Parece lógico que dicha pérdida de población se refleje en las ciudades búlgaras. Otro procesos similares han tenido lugar en zonas que no han sufrido un cambio en el sistema político�]estatal. Casos como Manchester, Boston o Bilbao demuestran que una pérdida de la base industrial lleva a la aparición de cráteres urbanos. Estos casos paradigmáticos de crisis urbana que datan de la década de 1970 han sido la base de políticas de reactivación y de reconstrucción urbana. Políticas de reactivación que se basan en el principio de incentivar e iniciar nuevo crecimiento a partir de actuaciones urbanísticas. Dicha estrategia debe incentivar una mayor demanda de superficie que hace desaparecer estos cráteres urbanos de largo plazo. A diferencia con la citada estrategia, el caso de Alemania oriental es paradigmático y crea una nueva situación. Por primera vez, se accepta que la reducción urbana es permanente. No solo se paralizó el crecimiento urbano sino que incluso se llegó a la situación inversa: la destrucción urbana y la perforación de las ciudades. Los urbanistas están convencido que los cráteres no se pueden rellenar con nuevas funciones. El corsé de la ciudad es demasiado grande. La política intervencionista del Estado alemán tiene como meta la destrucción urbana, lo cual resulta novedoso. No se trata de una ciudad aislada ni de una región solitaria, sino de un territorio en el que habitan 18 millones de personas. El programa estatal para demoler viviendas de manera masiva y sin que fueran focos de criminalidad exorbitante como en algunas zonas en Francia o el Reino Unido, ha despertado el interés de varios colectivos entre ellos el de urbanistas y arquitectos por las meras actuaciones. Desde que se inició el programa, Alemania se enfrenta a un constante debate acerca del modelo urbano que se puede diseñar a través de la perforación y la extracción de partes del tejido urbano. Los ayuntamientos de las ciudades en proceso de reducción poblacional se tienen que enfrentar una serie de problemas colaterales (desde la pérdida de ingresos fiscales hasta el cierre de establecimientos culturales y los problemas con la infraestructura técnica sobredimensionada). A pesar de la dureza de cambiar un principio básico del urbanismo tradicional, el largo proceso de perforación de las ciudades está visto no solo como una pérdida. En los densos centros urbanos se pueden generar espacios abiertos que incrementan la calidad de vida. Pero hace falta cambiar el punto de vista. Desde el nivel político, no se debería entender la reducción poblacional como una pérdida o como consecuencia de errores pasados. Es una nueva etapa que da grandes posibilidades a nuestras ciudades. Desde este punto de vista, la mencionada ley urbana de “Ciudades crecen” podría estar reemplazada por el nuevo paradigma que se utiliza actualmente en alguna de las estrategias que se están
siguiendo. La estrategia central tanto para la perforación urbana europea como la reconstrucción de nuestro territorio, podría llevarse a cabo siguiendo una perspectiva más ecológicas y definirse con el slogan: “Menos es más”.
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