25.5.08

Manuel Gausa / Repensando la movilidad

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Se pretende plantear aquí el potencial propositivo de la movilidad relacionándolo con un nuevo utillaje proyectual y conceptual hoy emergente, así como con una cierta épica optimista -ambiciosa- de lo global implicada en los profundos cambios de escala y estructuras propios de las nuevas formas metropolitanas; favoreciendo una mirada positiva y al mismo tiempo crítica. No se trata de seguir describiendo el paisaje "mítico" de la periferia como escenario paradigmático de un posible modelo de ciudad. Tampoco cabe confundir el interés por analizar la lógica interna de los procesos de autoorganización que caracterizan la mayoría de las actuales nebulosas urbanas con una aparente celebración del caos y el desorden propiciados desde el escepticismo o la renuncia disciplinar. Por el contrario, la preocupación por intentar comprender los procesos internos que se dan en esas nuevas realidades heterogéneas nace de una voluntad activista: la de concebir nuevos mecanismos de orden capaces de articular eficazmente los desarrollos de unos organismos evolutivos, constantemente reajustados y recuperados. Sistemas tácticos capaces de transformar aquellas situaciones más conflictivas respondiendo, al mismo tiempo, a los principales retos a los que éstos se enfrentan: la reordenación estratégica del territorio, la redefinición formal de sus nuevas áreas de desarrollo, la propia reestructuración de los trazados infraestructurales, la eficaz instrumentalización del paisaje, la definición de una adecuada relación con el entorno, etcétera. Repensar la movilidad implica, pues, ahora:

I . Repensar la propia noción de tropismo más como un factor objetivoque como un tópico deslumbrador. Un requisito relacionado con la progresiva libertad de relación y opción implícita en todo desarrollo social y traducida en una mayor capacidad de comunicación, de intercambio y de acceso y, por tanto, de ocupación y apropiación de un espacio territorializado, infraestructural. Un territorio definitivamente inacabado, en continua mutación, reciclaje y cambio; lejos ya de la aparentemente inalterable continuidad "armónica" de la ciudad clásica.

I I . Repensar la propia estructura de ese nuevo espacio (urbano y territorial a la vez) en progresiva disolución y fractalidad, y que se evidenciaría no ya como forma -una figura literal, reconocible, enmarcada-, sino como un sistema progresivamente abstracto definido desde la relación, combinatoria y abierta, de flujos y capas. Acontecimientos entramado materiales e inmateriales: redes infraestructurales y lugares de relación, en su dimensión más física. Un sistema complejo, multiescalar y destipificado, tan sólo orientable, de modo eficazmente cualitativo, mediante órdenes tácticos flexibles, "infiltrados" y no "impuestos"; con capacidad de evolución y distorsión; dispositivos abiertos, concebidos desde la superposición, más que composiciones cerradas hechas desde la agregación.

I I I . Se precisa repensar la propia dimensión articuladora de unas infraestructuras entendidas como dispositivo estratégico, independiente de toda prefiguración: mallas donde las cosas se cruzan y se entrecruzan: canales para el intercambio y la sorpresa. Directrices neutras a plantear, en cualquier caso, más desde la eficacia de las relaciones que desde la proliferación de unos trazados convertidos, a menudo, en marañas absurdas nacidas de múltiples decisiones coyunturales y que deberán dejar paso a futuras operaciones de reestructuración.

I V . Se quiere repensar también la propia noción de escala y el cambio producido tanto en la propia estructura urbana como en la forma del objeto; una escala desplazada, en efecto, de lo edilicio a lo infraestructural en una doble dimensión dicotómica similar a la que se produce en la propia percepción metropolitana, en la que continuamente lo cotidiano se funde con lo extraordinario, lo doméstico con lo global, lo general con lo particular, lo edificado con lo ausente...

V . Repensar, entonces, la fuerza del vacío intersticial no tanto como residuo o reserva bucólica sino como instrumento operativo, "junta" articuladora de posibles secuencias capaces de ritmar los acontecimientos en alternancias sucesivas, equilibrando la fuerza de las volumetrías con el valor de las superficies: desarrollos "urbanos" -nuevos y viejos, "tectónicos" y densos- y "horizontes" en los que recuperar experiencias relacionadas con la dimensión del cielo, la conciencia del suelo, los colores y la vegetación, etcétera.

V I . Repensar, en este marco, la idea de lugar no como fragmento evocador de un "todo" coherente, sino como acontecimiento específico y autónomo dentro de un abanico -un patchwork-estratégico y heterogéneo de estratos, situaciones y bellezas potenciales encadenadas a partir de esa progresiva capacidad de desplazamiento que permite, en un mismo lapso de tiempo no sólo llegar cada vez más lejos sino llegar cada vez a más lugares: lugares tradicionales -naturales y artificiales- y "nuevos lugares" relacionados, en último término, con los propios escenarios de la movilidad: circuitos y atractores (cintas conectoras más que trazados; referentes más que hitos); secuencias y signos (ritmos y contrarritmos marcados por un compás atonal de señales, mensajes y trazas...); nodos e intersticios (cruces, transferencias, solapes pero también pliegues, márgenes, infields residuales que hay que revitalizar); o vacíos y suelos ("campos", espacios vacantes, "topos" más que "tectos"). Una ciudad como "lugar de lugares", calidoscopio de oportunidades a valorar y preservar, unas, a reestructurar y transformar, otras, desde el uso y desde la forma.

V I I . Repensar, por último, la propia estructura y la forma del objeto desde una asunción de lo topológico más que de lo tipológico. Una forma nacida de procesos directos con lógicas internas. De datos operativos más que de mecanismos de elección relacionados con el gusto o la prefiguración. Formas y estructuras . más ajustadas, a decisiones de estrategia más que de estética; a procesos dinámicos más que a la suma de "detalles" coyunturales. A una manipulación directa de programas, y técnicas, planteados no sólo como meros enunciados o simples "transmisores", sino como agentes comprometidos con el propio diseño de una nueva espacialidad, sensible, al mismo tiempo, a la fuerza de la percepción y a la conciencia de entorno. Una espacialidad de membranas, circuitos y espacios fluctuantes, de maclas, cruces y disoluciones; abierta a la transgresión de los límites semánticos, funcionales, superficiales, tipológicos..., remitible a estructuras de soporte cada vez más heterodoxas y solapadas entre sí; en las que lo reticular y euclidiano deja paso a lo heterogéneo y fractal; nuevas formas convertidas, a su vez, en "multi-scores" insólitos relacionados con el propio universo de la movilidad. Nuevas formas concebidas, pues, como nuevos paisajes operativos. La historia de la época contemporánea es también la de la movilidad urbana. Es una movilidad que no se reduce solamente al desplazamiento en el espacio. Es un proceso continuo, empezando por __ las estructuras de la economía y acabando por las relaciones sociales. Contrariamente a lo que pudieron anunciar en su día los que anticipaban el futuro, el desarrollo de las tecnologías de la información, de la comunicación y de los transportes, lejos de frenar la dinámica de concentración urbana, ha participado activamente en ella. De hecho, desde los orígenes de la humanidad, el crecimiento urbano y las técnicas de comunicación e intercambio siempre han ido a la par. Francois Asher, "La metápolis o el final de las periferias", en Construir io ciudad sobre la ciudad, catálogo Europan, París: Europan, 1995.

infraestructura

La característica más distintiva del sistema infraestructural es su potencial estructurador del territorio. La distribución de viviendas, industrias o comercios, la protección de bosques y zonas agrícolas, la ubicación de equipamientos y servicios, exigen una serie de conexiones-separaciones, garantizables esencialmente por las redes y la adecuada canalización de los intercambios que éstas articulaban. Es decir, una doble función: estructuradora de espacios y canalizadora de flujos. Es una manifestación de globalidad que demanda esquemas completos y anticipadores del sistema viario más allá de las coyunturas económicas. Albert Serratosa, "El sistema viario y la política territorial", en O.P,, núm. 35, 1996

disolución

La forma de la ciudad tradicional se ha disuelto en el paisaje urbano abierto. Es éste un proceso a escala mundial, en el que la ciudad ha dejado de ser una "isla" para pasar a componerse de muchas "ciudades dentro de la ciudad". Sybile Becker et alt.: "Selbstorganisation urbaner SIrukturen", Arch4', núm. 121, 1994. Está naciendo así una nueva forma de la ciudad. No es ni urbana, ni rural, ni arrabalera, pero tiene algo de los tres aspectos a la vez. A gran escala, parece un conglomerado incoherente de funciones, desprovisto de estructuras, el resultado fortuito de millones de decisiones aisladas. Sin embargo, esta nueva ciudad posee un elemento esencial, una lógica interna: la dimensión temporal donde cada individuo y cada familia crean su propia ciudad a partir de la multiplicidad de lugares que frecuentan asiduamente. Sabine Kraft, "La periferia: movilidad y proyecto urbano", en Construir la ciudad sobre la ciudad, op. cit.

fractalidad

La creciente expansión de las conurbanizaciones mundiales conduce a la formación de subcentros periféricos, que crecen de acuerdo con leyes similares a las del núcleo de la ciudad en un crecimiento policéntrico que favorece procesos acelerados de borde por la ventaja de la cercanía tanto a las infraestructuras perimetrales como a las zonas verdes intersticiales. Sybile Becker et alt., op. Cit. Esta "fractalidad" no caracteriza solamente el límite del paisaje, sino también el de las superficies construidas. Estas últimas como alfombras de Sierpinsky presentan superficies vacías, pero sus bordes crecen progresivamente más rápidamente que la propia superficie. Sabine Kraft, op. Cit.

sistema

Los asentamientos, las ciudades y las regiones son formas autoorganizadas con una estructura interior muy compleja, compuesta de diferentes subsistemas interdependientes. Se trata de sistemas abiertos en constante intercambio de energía, masa e información con su entorno. Sistemas formados por múltiples unidades de rango inferior (subsistemas) en interacción constante a través de diferentes mecanismos combinatorios. Dirk Helbing, "Strukturbuldung dynamisher Systeme", Arch"*", núm. 121, 1994-

redes

Al principio, unas pocas líneas unen siempre los núcleos importantes a un foco principal. Más adelante poblaciones de tamaño intermedio se unen a los pequeños núcleos de su entorno particular. Sucesivamente radiocéntricas, diversas mallas aparecen en escena de forma independiente, yuxtaponiendo unas a otras su aparente interés por integrarse. El resultado es una maraña absurda, antifuncional y cara por la acumulación de ahorros a corto plazo. La reconversión de estas telarañas es un objetivo de futuro. Albert Serratosa, op. cit.

lugares

La mejora en la velocidad de los transportes no se traduce en un descenso del tiempo empleado en los desplazamientos, sino en la facilidad de acceso a espacios situados a mayores distancias. Francois Asher, op- cit. Movilidad es tener la posibilidad de llegar a sitios diferentes de los que hemos abandonado. La ciudad nueva debe disponer de una red de lugares particulares. Se nos ofrecen dos estrategias para alcanzar este objetivo: en primer lugar, la valoración y no la nivelación de los paisajes y de las características topográficas; en segundo lugar, la ordenación de los puntos de confluencia de las redes con diferentes velocidades de movimiento y de uso. Sabine Kraft, op. Cit. La ciudad es una selva vibrante y expansiva sin límites; el espacio está dictado por el movimiento y por el tiempo, así como por los medios de comunicación. Un paisaje moderno cultivado con todo tipo de enclaves que se desarrolla aleatoriamente en diferentes lugares. La topografía de este trazado urbano se asemeja a una gigantesca pintura suprematista donde los nuevos programas contrastan con los fragmentos arqueológicos. Adriaan Geuze, "A yearning for authentic city", en West 8, Rotterdam: 010 Publishers, 1995. Inventar nuevos espacios y nuevos usos. O, más que inventarlos, aceptarlos..., responder a las demandas concretas del lugar y resaltar su condición especifica, su escala, sus dimensiones, convírtiéndolas en algo insólito y divertido que puede ser aliado del usuario... Yorgos Simeoforidis, "El proyecto urbano entre el lugar y el no lugar" en Construir la ciudad sobre la ciudad, op. cit.

superposición

Suelos antiguamente separados funcionalmente empiezan hoy a sustentar programas más complejos, definidos a partir de una compleja superposición en sección de usos. Espacios antes monofuncionales dejan paso a nuevas ocupaciones mixtas: "vivienda-terciario-equipamiento-transporte-ocio", adaptadas a las nuevas demandas metropolitanas. Manuel Gausa, "Territorio vibrátil: reconocimientos en clave de acción", en BAU, núm. 014, 1996. Si en la ciudad tradicional el teatro, la fábrica o la vivienda tenían una entidad propia con referencia a un consenso social estable y a un organismo urbano, en la ciudad contemporánea los programas sólo existen en función de las conexiones recíprocas, es decir, tienen esencias relaciónales, no tipológicas.Alejandro Zaera, "Hacia una estética de la reaparición", Quaderns, núm. 198, 1993,

1 comentario:

Anónimo dijo...

El link no sirve más :(