2.6.08

Manuel Castells / La ciudad de la nueva economía

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Voy a intentar situar el papel que están cobrando las ciudades en un proceso de cambio histórico, que se caracteriza, de forma descriptiva más que analítica, bajo el término de “Era de la Información”. Para tratar de concretar más esta problemática, que puede ser excesivamente vaga, incluso ideológica, me voy a referir muy específicamente a las condiciones en que se desarrolla lo que se ha dado en llamar “la nueva economía”, centrada a partir de la transformación tecnológica y organizativa, y tras sintetizar cual es esta transformación, trataré de analizar más específicamente cual es el papel de las ciudades en esta nueva economía y, aún más, en la relación, problemática, que se establece entre esta nueva economía y los procesos sociales e institucionales que están en la base de nuestra convivencia y de nuestra vida.


En primer lugar déjenme resumir qué entendemos por “la nueva economía”. La nueva economía es un término que está consagrado en los medios de comunicación y por tanto, más que intentar siempre redefinirlo, cambiar las palabras y decir “no, no es la nueva economía, es otro tipo de economía”, prefiero, en general, ir con lo que se comunica, ir con la comunicación, pero, darle un contenido preciso y analítico.
¿Qué es concretamente la nueva economía? Para empezar, la nueva economía es la nuestra, es en la que estamos ya. No es el futuro, no es California, no es América,... es la nueva economía que se desarrolla de forma desigual y de forma contradictoria, pero que se desarrolla en todas las áreas del mundo.






La economía del conocimiento


Se caracteriza fundamentalmente por tres grandes rasgos interrelacionados:
Es una economía que está centrada en el conocimiento y en la información como bases de producción, como bases de la productividad y bases de la competitividad, tanto para empresas como para regiones, ciudades y países. Esto se dice pronto pero tiene grandes consecuencias, porque el tratar de cómo se genera productividad quiere decir cómo generamos riqueza, que en el fondo es la base material para lo que luego podamos hacer. Por ejemplo, reforzar el Estado de bienestar y ampliar la protección social en lugar de desmantelarlo. Esto que parece un problema difícil de resolver en una época de crecientes problemas sociales. En el momento en que hay más abundancia, no hemos resuelto los problemas, porque más recursos se pueden utilizar para hacer la guerra en lugar de para hacer el amor, pero por otro lado, sin los recursos, todos los problemas se hacen extremadamente más angustiosos. Por consiguiente, generar fuentes de productividad es un tema absolutamente esencial y, en este sentido, la nueva economía está por fin permitiendo prever la posibilidad de un salto histórico en la relación entre forma de actividad económica y generación de riqueza.
Hablando claro, lo que se esperaba desde hace tiempo, que ya había analizado junto con otros economistas y sociólogos desde hace 5 o 6 años, la idea de que la revolución tecnológico-informacional, a partir de un determinado momento y a partir de una cierta transformación organizativa de empresas y cultural de sociedades, podría empezar a proporcionar el dividendo de productividad, se está observando estadísticamente. Se está observando pese a la debilidad de nuestras categorías estadísticas procedentes de la sociedad industrial. Pero, en estos momentos podemos, sobretodo en Estados Unidos, porque ha habido unos pequeños cambios de categorización estadística que han permitido ya, sólo con estos pequeños cambios, medir algo mejor lo que se estava produciendo. En Estados Unidos, en el año 99 la productividad ha crecido, en promedio, al 2’9%. En los últimos seis meses ha crecido al 5%. Un incremento del 5% de productividad, sobre tasa anualizada, es realmente espectacular; es más del doble de lo que se produjo en los años gloriosos de crecimiento económico de los 60. En Europa, en cambio, la productividad se está manteniendo, en los últimos dos años, entorno a una tasa media de crecimiento, en la Unión Europea, del 1’9%.
Simplemente pasando al promedio anual americano, creo que puede ser más alto: un punto más. Un punto más, en los próximos diez años, quiere decir que cambia todo y que por ejemplo, en Estados Unidos, hoy día, cuando hace 5 o 6 años la discusión era si se quebraba la Seguridad Social o no, en estos momentos la discusión es para que se utilizan los billones de 12 ceros de dólares, si para pagar la deuda nacional, cosa que nunca se había planteado en ningún país en la historia, o para asegurar la Seguridad Social en los próximos 30 años. Eso no impide que 45 millones de americanos no tengan seguro de salud y que un niño americano de cada cinco viva en la pobreza.
Pero ahí entramos en el problema de redistribución social, en el problema de desigualdad y de competitividad individual salvaje. Ahora más que nunca es una sociedad injusta, la sociedad americana, porque precisamente en estos momentos hay la capacidad, puede haber la capacidad de desarrollo de productividad. Este es un tema central para todo el mundo.
En segundo lugar, no insistiré pero hay que mencionarlo, esta economía basada en la productividad generada por conocimiento e información, es una economía global. Global no quiere decir que todo esté globalizado, sino que las actividades económicas dominantes están articuladas globalmente y funcionan cómo una unidad en tiempo real. Y, fundamentalmente, funcionan entorno a dos sistemas de globalización económica: la globalización de los mercados financieros interconectados, en todas partes, por medios electrónicos y, por otro lado, la organización a nivel planetario de la producción de bienes y servicios y de la gestión de estos bienes y servicios.
Les recuerdo para marcar algunas ideas, que cuando se está discutiendo, sobretodo, la internacionalización del comercio es, en realidad, una función de la internacionalización de la producción, o sea, más que exportar, lo que se está haciendo es producir internacionalmente.


Las 53.000 empresas multinacionales y sus 415.000 subsidiarias organizan, en estos momentos, el 25% del producto bruto mundial en términos de producción, representan más o menos un 75% del comercio internacional incluyendo un 40% del comercio mundial que se realiza al interior de firmas y de sus empresas subsidiarias. Por tanto, cuando estamos haciendo grandes batallas sobre el comercio internacional, lo que realmente ha ocurrido es que hemos internacionalizado la producción, y es a través de estos circuitos donde se está generando la articulación económica planetaria. Por eso, el proteccionismo tiene cada vez menos sentido, porque ya están las empresas funcionando de forma transnacional y mucho más, obviamente, en sistemas cómo la Unión Europea.
La tercera característica, indispensablemente ligada a estas otras dos, es el hecho de que es una economía que funciona en redes, en redes descentralizadas dentro de la empresa, en redes entre empresas, y en redes entre las empresas y sus redes de pequeñas y medias empresas subsidiarias. Es esta economía en red la que permite una extraordinaria flexibilidad y adaptabilidad. Es, por tanto, una economía informacional, es una economía global y es una economía organizada en red, y ninguno de esos factores puede funcionar sin el otro. Por tanto, no es sólo una economía del conocimiento, es una economía algo más compleja y eso es lo que se llama la nueva economía.

Internet es una forma de organización
Esta economía tiene una base tecnológica. Esa base tecnológica es tecnologías de información y comunicación de base microelectrónica y tiene una forma central de organización cada vez mayor, que es internet. Internet no es una tecnología, internet es una forma de organización de la actividad. El equivalente de internet en la era industrial es la fábrica: lo que era la fábrica en la gran organización en la era industrial, es internet en la Era de la Información. La nueva economía no es las empresas que hacen internet, no son las empresas electrónicas, son las empresas que funcionan con y a través de internet. Y si quieren les pongo un ejemplo, porque si no parece demasiado abstracto. Podría poner ejemplos más, digamos, cercanos a la realidad catalana o europea, pero prefiero ilustrar las ideas. Quiero tomar un ejemplo de una empresa concreta. Lo mismo que en la forma de organización de la era industrial se tomó como ejemplo, como símbolo en cierto modo, la organización de la producción en la empresa “Ford”, hasta el punto que ciertos economistas acuñaron el término fordismo y postfordismo, etc. No estuve muy de acuerdo con ésta terminología, es demasiada gloria para Ford. En todo caso lo hubiera llamado ford-leninismo, porque Lenin admiraba profundamente el sistema de Henry Ford y organizó la producción soviética en torno al mismo modelo.
Pero si tratamos de hacer el mismo sistema, el mismo ejemplo, hoy día encontraremos una empresa que se llama Cisco Systems. Es una empresa de Silicon Valley, en California, que produce los commutadores y los reuters, que son los sistemas de dirección de los flujos de internet. Para entendernos, es, un poco, la fontanería de internet, son los equipamientos de fontanería de internet. Venden el 80% de estos equipamientos en el mundo. Cisco Systems funciona de la forma siguiente: tienen un webside en que hay una serie de ofertas tecnológicas de productos y de soluciones de ingeniería a estos productos. Las empresas que quieren instalar sus sistemas de internet se van a este webside y expresan, a partir de lo que hay allí, sus necesidades, las necesidades de lo que quieren comprar, que no tiene que ser uno de los productos o la combinación, sino dicen: “éste es el tipo de producto que queremos, con estas características y estas necesidades”, y esa información pasa a los proveedores de Cisco Systems.



Un caso concreto
Cisco es una empresa industrial, manufacturera, fabrica, pero no tiene fábricas. Tiene, en realidad, una fábrica y 29 fábricas, privilegiadas, que no forman parte de Cisco Systems. Estas fábricas van, también, al webside y miran que está pidiéndose en ese día y en esa hora, y con qué características técnicas. Y, entonces, ofrecen productos que se adaptan a la especificación técnica de Cisco Systems, a lo que esas fábricas pueden producir indicando en qué tiempo y con qué costo, resultará lo que los clientes están pidiendo. Y a partir de ahí se realiza la transacción. El 85% de las operaciones de Cisco Systems pasan por el webside y el 50% de las ventas se realizan sin ninguna intervención de los ingenieros de Cisco Systems. Entonces, ¿qué vende Cisco Systems? Vende conocimiento, pero no sólo conocimiento tecnológico, sino conocimiento de aplicación de ingeniería y conocimiento de qué tipo de proveedores existen en el mundo. El webside se actualiza cada día y a veces cada hora. O sea, capacidad de adaptación en base a conocimiento e información.
La empresa Cisco Systems parece una empresa que, en términos de empleo, no es tan grande, tiene 25.000 empleados, tan sólo, la mitad en California, pero cabe subrayar:
Uno: vende el 80% del equipamiento de base de internet.
Dos: La capitalización de Cisco Systems, que fue una empresa que empezó hace 14 años con dos millones de dólares de capital inicial, en estos momentos, es de 310.000 millones de dólares en cotización de la semana pasada, que para darnos una idea, es cinco veces el valor de mercado de General Motors. O, si quieren, en otra estimación, 6 veces el valor de mercado de Boeing.
Se puede decir: “sí, pero están sobreevaluados”. Están sobreevaluados pero con su valor se han comprado 20 empresas en el último año, entonces, la sobreevaluación se convierte en patrimonio real.
Les pongo éste ejemplo porque estoy intentando pasar del modelo “Ford” al modelo Cisco. Y “Ford”, también, “Ford”, cómo saben ustedes, el mes pasado distribuyó créditos a sus empleados, les regaló ordenadores personales, tiempo de internet y cursos de formación para trabajar en internet. “Ford” ahora adopta el modelo Cisco. Éste modelo es el modelo que se está desarrollando en todas las actividades. El señor Martí Parellada nos contaba la existencia del lanzamiento de un nuevo sitio en internet: “todoelmarisco.com”. Perdonen por la publicidad. En el que ustedes organizan su mariscada y ellos se la traen a casa. Y, obviamente, ellos seguro que no producen marisco, como la gente que maneja Amazon no han leído un libro en su vida, probablemente porque estaban demasiado ocupados en construir el webside de internet. Tengo alguna base empírica para poder decir esto.
Permítanme fijar dos ideas:
Una: Este tipo de actividad y de trabajo es generalizado, es de toda la economía y son todas las empresas que están evolucionando en esta dirección. No se trata solamente de que todas utilicen internet, sino de que se organizan entorno a la red de relaciones, que esta electrónicamente conectada y basada en la información.
¿Por qué esa nueva economía es y será mundial y no simplemente norteamericana? Muy sencillo, porque por competencia global, las empresas que no funcionen así serán eliminadas. La comparación con la era industrial es: producir con electricidad o sin electricidad.<>


El papel de las ciudades
En ese sentido, ¿qué papel juegan las ciudades en medio de esta transformación?, que me parece absolutamente histórica, no en términos ideológicos, sino en términos de lo que estamos observando. Creo que, de entrada, las ciudades van a jugar un doble papel que trataré de detallar.


Esa nueva economía es, por un lado, una economía de extraordinaria capacidad de generación de riqueza, pero es una economía centrada, en estos momentos, en el desarrollo de redes entre individuos y empresas extremadamente competitivas sin ninguna al interés público, al bien común, a lo que sean valores que no puedan ser capitalizados en el mercado. Entonces, mi tesis general, que ahora voy a tratar de analizar en concreto, es que las ciudades son claves tanto como productoras de los procesos de generación de riqueza en el nuevo tipo de economía, como productoras de la capacidad social de corregir los efectos desintegradores y destructores de una economía de redes sin ninguna referencia a valores sociales más amplios, más colectivos o no medibles en el mercado, como por ejemplo la conservación de la naturaleza o la identidad cultural.


En concreto, ¿qué quiere decir esto? En primer lugar, las ciudades son, empíricamente, los medios de innovación tecnológica y empresarial más importantes. A principios de los 90, junto con otro colega, nos recorrimos el mundo (una paliza y no se crean tan agradable, porque en esos casos lo único que se ven son empresas tecnológicas y aviones y trenes de alta velocidad) y observamos cuales eran, donde estaban realmente los medios de innovación tecnológica. Los medios de innovación tecnológica, casi sin excepción, son grandes áreas metropolitanas con ciudades potentes impulsando esas áreas metropolitanas, empíricamente hablando. No encontramos, ningún caso de un medio de innovación tecnológica o empresarial que se hubiera desarrollado de forma nueva, en pleno desierto, en relación con un proyecto voluntarista de gobierno: simplemente no existen. Existen algunos parques tecnológicos con éxito, pero no medios de innovación realmente generadores de riqueza.
Desde entonces han habido dos de los lugares observados como embriones posibles, que se han desarrollado con mayor nivel de innovación. Uno es Cambridge, en el Reino Unido, y otro es el parque de Hsin-chu , relativamente cercano a Taipei, Pero en realidad Hsin-chu está a 70 Km. de Taipei y es parte de la área metropolitana de Taipei, y Cambridge, por mucho que digan que no, es parte de Londres. Con lo cual, en buena medida, son áreas tecnológicas desarrolladas y ligadas a grandes áreas metropolitanas. Como Silicon Valley es una área metropolitana, que está separada de San Francisco, pero que está ligada a San José, que es más grande que San Francisco. En este momento San José tiene 1.100.000 habitantes y San Francisco 700.000.


El primer elemento es que estos medios de innovación metropolitanos, son esenciales porque, a través de la sinergía que generan, de las redes de empresas, de innovaciones, de capital, atraen continuamente los dos elementos claves del sistema de innovación, que son la capacidad de innovación, es decir, talento, personas con conocimiento e ideas, y atraen capital, sobretodo capital riesgo, que es el capital que permite la innovación.
Por ejemplo, ¿porqué Silicon Valley sigue siendo la punta de la innovación mundial? No por las cosas que hacía en los años 80, sino porque en los años 90 se ha vuelto a renovar. ¿Cómo se ha vuelto a renovar, cuando ya había agotado toda la capacidad de innovación que existía en California? Silicon Valley está importando cientos de miles de ingenieros y técnicos avanzados de China, India, Rusia, Taiwan, etc. El estudio que hicimos en nuestro departamento el año pasado muestra que de las nuevas empresas creadas en Silicon Valley, en los años 90, el 30 % son creadas y dirigidas por chinos o indios. Capital que apuesta sobre el talento y talento que llega desde donde sea.
Esto es un medio de innovación, y un medio de innovación es un centro de atracción, con lo cual observamos que esta economía global tiene nodos, tiene concentración territorial. Estos medios de innovación están territorialmente concentrados. Para hacer algo hoy día en tecnología, hace falta esta capacidad en tecnología y en innovación empresarial, hace falta estar en ciertos medios de innovación que después se articulan a través de redes de telecomunicaciones en el conjunto del mundo.
Hace tres semanas, Newsweek sacó un número especial sobre el desarrollo de la nueva economía en Europa y señaló 14 puntos que son grandes áreas de innovación, y que están convirtiéndose en los centros motores de la nueva economía en Europa. Todas grandes áreas metropolitanas y con Barcelona en el noveno lugar. Madrid no está en la lista. Barcelona, sí: como economía dinámica y uno de los más rápidos desarrollos de empresas internet en Europa, etc. Lo digo para señalar la verificación empírica de que son los medios de innovación territorialmente concentrados en torno a ciudades dinámicas, los que constituyen las fuentes de riqueza en la nueva economía.

El conocimiento está en las personas
Entremos un poco más en por qué es así. Creo que, por un lado, hay la idea de que lo que llamamos conocimiento, información, no es abstracto. Está depositado materialmente en cerebros y los cerebros, generalmente, suelen ir unidos a personas. Por consiguiente, son trabajadores de alta cualificación. Son innovadores capaces de tener ideas y aplicarlas, los que constituyen, realmente, la materia prima de esta nueva economía. Pero desarrollemos la idea. Si lo que importa son personas de alta capacidad intelectual y de conocimiento, ¿cómo se producen estas personas? No se generan por razones genéticas, ¿cierto?
Fundamentalmente, hay tres elementos. El primero es la educación. Pero la educación no es solamente el poner al niño en la escuela o que haya buenas escuelas. La educación, en primer lugar, es que a partir de un desarrollo del sistema educativo, sea una educación capaz de producir gente con autonomía de pensamiento y con capacidad de autoprogramación y de adquisición de conocimientos el resto de su vida. Pero es más, es algo que en Barcelona han desarrollado ya hace tiempo y que es el concepto de ciudad educativa: no es solamente la escuela cómo elemento de educación, sino es la idea del conjunto de una sociedad local, a través de una serie de interacciones, incluyendo actividades culturales, incluyendo relaciones con los medios de comunicación, incluyendo elementos de animación ciudadana. Es el conjunto del sistema de relaciones sociales locales que produce un sistema de información interactiva, que desarrolla la capacidad educativa en un sentido amplio y no simplemente de adquisición de conocimientos.
Un segundo elemento: servicios públicos que funcionen. Michael Cohen señala que por mucho internet que se desarrolle y mucha inversión que haya en las ciudades, si luego los transportes no funcionan o hay inundaciones, internet no resuelve estos problemas. Por consiguiente, la calidad de los servicios públicos y, en concreto, de los servicios públicos municipales, es absolutamente decisiva para que todo lo demás funcione.
En el famoso Silicon Valley acaba de hacerse una encuesta que indica que el 80% de la gente está entusiasmada con su trabajo, con su dinero, con todo esto. Pero el 80% de gente dice que no soporta la vida en Silicon Valley, porque tienen que pasarse tres horas y media al día en los atascos del tráfico, porque no pueden respirar, porque están aislados, porque es el individualismo feroz, porque la familia se hunde. Es decir, una total insatisfacción con todo lo que no es el trabajo y el dinero. Trabajan cada vez más y viven encerrados en su trabajo y comiendo comida china que les traen por internet. Pero, fundamentalmente, el deterioro de todo lo que es colectivo acaba impactando sobre la productividad del trabajo.
Y en tercer lugar, en términos más amplios, no son los servicios públicos sino la calidad de vida, en el sentido amplio. Hay una serie de investigaciones que muestran como la calidad de vida hace dos cosas en los medios de innovación. Por un lado, atrae gente a los medios de innovación, es decir aquellos medios de innovación que ofrecen poca calidad de vida no son capaces de atraer, con respecto a otros, el nuevo talento que es necesario. Y segundo, una vez que se está en un lugar, hay que retener ese talento y, además, hacer posible que ese talento sea capaz de aplicaciones tecnológicas y empresariales no totalmente destructivas y no totalmente neuróticas, que tienen, en buen sentido, una relación directa con la calidad de vida. En términos sintéticos, existe un efecto retroactivo de calidad de vida sobre productividad y de productividad sobre calidad de vida. Es un efecto virtuoso: calidad de vida urbana y metropolitana y su efecto sobre la productividad y la creación de riqueza.


Ciudad y universidad
Otro elemento que es fundamental, en este sentido, es la relación entre ciudad y universidad en la nueva economía. Parece obvio que las universidades son un motor de crecimiento económico, tecnológico y empresarial, pero también, son un factor de creación de ciudad. Hoy día, la universidad no es un elemento más. Es un elemento esencial de la dinamización del tejido urbano, a la vez que un elemento esencial de la producción de mano de obra cualificada, de innovadores y de personas con ideas nuevas. Esta nueva economía no es simplemente de gente que hace electrónica, es de gente que aprende a pensar o enfocar las cosa de forma nueva. Y esto depende de la calidad del sistema de educación universitaria. Por cierto, que, en este sentido, se está imponiendo cada vez más la idea de la importancia de los campus urbanos como elemento, a la vez, de dinamización y de absorción de ideas de un tejido social más amplio que el de la propia universidad. Por campus urbanos quiero decir campus, también.
La idea de universidades con facultades distribuidas en el conjunto de la ciudad, no parece eficaz. Históricamente, se produce así en muchas ciudades y se puede tener una buena universidad en esos términos, pero la dispersión hace que el trabajo interdisciplinario, la fusión de enseñanzas de distinto tipo, tenga mucha mayor dificultad. Es mucho más difícil para los estudiantes tomar materias de distintas facultades, que es un elemento fundamental de la nueva universidad. Es mucho más difícil para los colegas articularse entre ellos.
Por tanto, la noción de campus sigue siendo una noción productiva en términos culturales y de innovación pero, al mismo tiempo, la integración de ese campus en tejidos urbanos densos parece que también es el elemento que se está señalando como de mayor productividad cultural y, a la vez, urbana.
La cuestión de cómo estimular territorialmente esos medios de innovación a los que me he referido antes, parece ir en sentido contrario a los llamados parques tecnológicos. Me explico, porque es un tema que he trabajado bastante y, en particular, en España.
En primer lugar, la mayor parte de parques tecnológicos, de tecnológico tienen poco. Son, generalmente, o bien viejas operaciones de tipo zonas industriales o, en la mayor parte de los casos, operaciones inmobiliarias con un añadido de prestigio ideológico. Pero, más aún, diría que, aparte de esto, que es una crítica que ya se ha hecho muchas veces, hay algo más. Que es que la problemática de parques tecnológicos de los años 80, no es aplicable en el año 2000, incluso ya en los últimos años de los 90, porque en este momento no se trata tanto de hacer hard como de hacer soft. La idea no es poner más fábricas de microelectrónica. No tiene ningún sentido añadir más fábricas de microelectrónica a las que ya existen en los lugares que ya se han especializado en microelectrónica. Dejemos, en cierto modo, que los japoneses hagan microelectrónica o que las grandes empresas multinacionales estén trabajando en microelectrónica en Asia del sudeste.
Lo que hoy día cuenta es la capacidad de acción tecnológica sobre aplicaciones, sobre sistemas de software avanzado y sobre tecnologías de redes de todo tipo: tecnologías de telecomunicaciones. La gran frontera, a la que ya se ha llegado, es el internet móvil. Son los temas de telecomunicaciones y de transmisión y procesamiento electrónico en tecnología móvil. Éste tipo de acción no se soluciona con parques tecnológicos donde se puedan concentrar grandes instalaciones industriales, son medios de innovación intensivos en inteligencia más que intensivos en edificios. Y el tema ahí, consiste en buscar las formas de articulación entre el territorio y estos mecanismos de innovación, mucho más sutiles, mucho más ligados a la dinámica propia de la innovación y, en particular, de la innovación de pequeñas y medias empresas. Y, también para fijar las ideas, dos ejemplos: uno negativo y otro positivo.
El mayor fracaso de desarrollo tecnológico territorial de los último 5 años es el llamado “ corredor multimedia” de Kuala Lumpur en Malasia, en donde se han gastado miles y miles de millones de dólares en crear una megaestructura absolutamente futurista para atraer grandes fábricas. Con todos los nombres de la electrónica han creado un consejo consultivo presidido por Bill Gates y en el cual está IBM y están todas las grandes empresas de la microelectrónica. Y, ¿qué han puesto ahí? Fábricas de segundo orden, fábricas que no necesiten en otros lugares, con muy poco valor añadido, relativamente poca creación de empleo, pero sobretodo, nula capacidad de innovación; es aplicación de la innovación que ya existía. Pero, sin embargo, lo que sí se ha conseguido es una operación publicitaria de que el gobierno de Malasia va a ser casi tan importante cómo el de Singapur, que, por su cuenta, ya había desarrollado ésta operación, con mucho más éxito, cuando había que desarrollarla hacía 15 años.
Un ejemplo positivo que es muy polémico, pero quiero explicar el por qué es positivo en mi opinión. Positivo en términos de que ha generado una extraordinaria innovación: el desarrollo de lo que se llama “el barrio multimedia” en San Francisco. El barrio multimedia en San Francisco ha generado, en estos momentos, entorno a las 2.500 empresas pequeñas, muy pequeñas en general, de menos de 10 y 15 personas como promedio. San Francisco y Nueva York, más o menos al mismo nivel, son hoy los dos centros de diseño real de multimedia. El mercado que han desarrollado en el último año oscila entorno a los 35.000 millones de dólares, porque son los que hacen las cosas que luego Hollywood pone en funcionamiento. Pero la tecnología y la concepción está ahí. No es que a mi me guste mucho pero, por ejemplo, todos los efectos especiales de la ultima serie de “La Guerra de las Galaxias” están desarrollados allí. Por tanto, no es alta creación cultural. Pero “La Guerra de las Galaxias generó en publicidad, no en ingresos, 2.500 millones de dólares. En publicidad, simplemente, para poner marcas dentro de la película. Fuera o no un éxito la película, era lo que esas empresas querían introducir cómo publicidad indirecta en el texto de la película.

El caso de San Francisco
Este multimedia en San Francisco se ha generado, en los últimos 10 años, en la zona más deteriorada de la ciudad, una vieja zona industrial bastante destruida que estaba ocupada, fundamentalmente, por dos subculturas: la subcultura sadomasoquista y la subcultura de artistas pobres, que no eran los mismos. Los sadomasoquistas eran más ricos mientras que los artistas, realmente, estaban allí porque necesitaban mucho espacio para hacer sus obras y usaban las viejas naves industriales. Estos artistas, un buen día, fueron contactados por empresas de Silicon Valley que querían entrar a fondo en el multimedia, pero que necesitaban mentes enfebrecidas, no tecnológicas, sino capaces de imaginar cosas rarísimas que impactaran a la gente, con lo cual se hizo la conexión entre la capacidad artística de creación y la tecnología electrónica más avanzada. De ahí salieron las empresas multimedia. Pero, entonces, ¿qué ocurre? Estos artistas vivían en sus casa en una zona residencial, que había sido industrial y había cambiado la calificación a la residencial para que pudieran vivir allí esta gente, más o menos marginada, pero respetada por el municipio. ¿En qué medida, el municipio, ha contribuido, en los últimos 5 años al desarrollo de esta zona? Han cambiado la ordenanza municipal y han creado una ordenanza mixta de trabajo y residencia en el mismo local, que en el fondo reconstruye el principio de la era industrial y, por tanto, reconstruye lo que era la actividad industrial de esa zona en la prehistoria de San Francisco. Es decir, hace 110 años o 120 años, al principio de la historia de San Francisco. Y a partir de esa recalificación permiten que la nueva industria, las nuevas actividades industriales ligadas a la residencia, se desarrollen en esa área.
Permiten que se recalifiquen los usos pero no permiten que especuladores inmobiliarios entren, compren y echen a estas empresas. Por consiguiente, se aumentan los usos pero se prohibe el utilizar esa recalificación de usos del suelo para un proceso de transformación en viviendas de lujo para los que sean más ricos de estas empresas.
En torno a esto se permitió la ampliación de usos a locales comerciales, a bares, restaurantes, y en estos momentos, se ha generado una extraordinaria actividad urbana en la que, junto al trabajo de innovación, se desarrolla el tejido social de bares, restaurantes, encuentros en la calle, etc., que da vida a este lugar. En este momento, está pasando a ser, después de la industria financiera, la segunda industria más dinámica de la ciudad de San Francisco.
Un último tema de la relación entre política ciudadana y desarrollo de la nueva economía y de las nuevas tecnologías de información: es la idea de mercados locales de tecnología en base a políticas ciudadanas y ambientales que sean intensivas en información y en tratamientos avanzados de información, desde la modernización de servicios públicos, a partir de la introducción inteligente y gradual de internet, hasta la creación de sistemas de participación ciudadana en que, junto a los sistemas tradicionales de tejido social de base, se articulen formas de participación ciudadana interactiva a través de internet, como por ejemplo la experiencia de la ciudad digital en Amsterdam, y políticas ecológicas y de medio ambiente, ya que las políticas ecológicas bien realizadas requieren sistemas de información avanzados. No solamente esto genera una mejora de la gestión local, sino que, además, crea mercados locales, que pueden ser mercados de partida para pequeñas y medianas empresas innovadoras locales, que pueden ser la base del desarrollo futuro.

Una tecnología que se transforma con su uso
Y, concluyo con un tema que me parece, quizá, el más prospectivo. Y es el tema de que las tecnologías de que estamos hablando, la tecnología de información y comunicación interactiva, no es una tecnología tradicional, no es lo mismo que la ingeniería tradicional: es una tecnología que se transforma con su uso. No es una tecnología estática que se utiliza y sigue siendo la misma. El uso transforma la tecnología. Les doy un ejemplo para ilustrar, también, lo que quiero decir: el internet que se pensó originalmente no es el internet que tenemos hoy día. Se habla del origen militar de internet, para defender las comunicaciones contra la posibilidad de un ataque a los centros de comunicaciones. La forma de defenderlas era que no hubiera centros de comunicaciones, que hubiera una red. Así es como los científicos americanos que trabajaban para el Pentágono lo vendieron al Pentágono. Pero el Pentágono nunca los tomó en serio. Ésta es la parte de la historia que se conoce menos. El Pentágono nunca los tomó en serio y ellos nunca quisieron hacer ésta cosa militar que les aburría muchísimo. Pero lo que los científicos sí querían hacer era utilizar una serie de superordenadores que había en el conjunto del país. Sólo había unos pocos. Entonces inventaron un sistema de relación entre éstos superordenadores, que era el sistema internet, para compartir tiempo de superordenador. Ése era el objetivo real que querían hacer. Pero ocurrió que cuando ya tuvieron la posibilidad de compartir tiempo real en los siete superordenadores que había en Estados Unidos, se dieron cuenta que no necesitaban tanto, que, realmente, no tenían nada que hacer con tanto tiempo de ordenador. Entretanto, intentando montar el sistema, descubrieron una aplicación que se convirtió en la base de su trabajo en el futuro y en la base de nuestra vida actual: el correo electrónico. Y ese correo electrónico es lo que realmente fue el primer gran producto que salió del programa internet.
De la misma forma se podrían multiplicar los ejemplos de cómo la utilización, la apropiación de internet por sus usuarios a muchos niveles, ha sido lo que realmente genera nuevos tipos de tecnología y no sólo de usos de esa tecnología. ¿ Esto, qué quiere decir? Que la utilización, a fondo, en una ciudad con políticas innovadoras en términos de servicios públicos, de ecología, de participación ciudadana, de difusión de la educación, puede llevar a un desarrollo de nuevas aplicaciones y, por tanto, de nuevos usos y de nuevas tecnologías de comunicación, que amplían la gama de utilización de internet, de los usos propiamente comerciales, en los que está basado, en estos momentos, el desarrollo de internet a usos y aplicaciones de un espectro mucho más amplio que, además de generar mercados importantes, también permitirán una utilización de la revolución tecnológica en aras de una mayor calidad de vida.
En ese sentido, el papel de las ciudades en la Era de la Información es ser medios productores de innovación y de riqueza, pero es, aún más, ser medios capaces de integrar la tecnología, la sociedad y la calidad de vida en un sistema interactivo, en un sistema que produzca un círculo virtuoso de mejora, no sólo de la economía y de la tecnología, sino de la sociedad y de la cultura.



Manuel Castells
Universidad de Berkeley (California).Conferencia pronunciada en el Salón de Ciento del ayuntamiento de Barcelona, el 21 de febrero de 2000, en el acto de clausura del Máster “La ciudad: políticas proyectos y gestión” (http//:www.fbg.ub.es) organizado por la Universidad de Barcelona y dirigido por Jordi Borja.

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